Imaginemos que el mercado de patatas funcionara como el mercado eléctrico. Tenemos productores, un mercado central, distribuidores mayoristas y minoristas para llegar al cliente final.
Tenemos productores de patatas que producen a un coste que va desde 10 cent./Kg. hasta otros que la producen a 100 cent./Kg. Imaginemos que todos necesitamos consumir patatas a diario.
Todas las patatas producidas a diario se subastan en un único mercado central y la forma de fijar el precio de las mismas es el siguiente:
Se empieza poniendo la producción más barata de patatas producidas ese día al principio y, si no se llega a cubrir la demanda con esas, entonces se empiezan a añadir las siguientes mas baratas hasta que se cubre la demanda.
¿Qué precio final queda fijado en la subasta de patatas de ese día? Muchos pensaran que, lógicamente, al precio medio. Pues no. El precio queda fijado al de la producción de patatas mas cara que haya entrado en la subasta para cubrir la demanda. Es decir, que si la demanda ha sido de 1.000.000 de kilos, y se han necesitado 40.000Kg de patata cuya producción cuesta 100 cent./Kg para cubrir toda la demanda, ese es el precio al que queda fijado el kg. de patatas ese día.
Pero la historia no acaba aquí. El precio de las patatas, al ser un bien fundamental para nuestra
sociedad, es regulado por el Gobierno para que no haya abusos por parte del mercado y si el precio final de la subasta ha sido de 100cent./Kg. el gobierno lo fija en 80cent./kg. Para compensar esa diferencia de 20cent./kg., se carga al Estado para pagarlo mas adelante en cómodos plazos y con intereses (El déficit tarifario).
Y ahora el lector pensara, lógicamente, que esa diferencia solo se abonará sobre los kg. de patatas producidos por encima de 80 cent./kg. y en partes proporcionales, es decir, se le darán 10cent./Kg. al productor cuyo coste es de 90cent./kg. y así hasta el más caro. Pues no. Se les paga a todos los productores por igual. Es decir que el productor que produce patatas a un coste de 10cent./Kg. se le pagara sus patatas a 80cent./Kg y no solo eso sino que, además, se le adeudarán 20cent./Kg. más intereses por el déficit tarifario.
Pero todavía no ha acabado. El lector se preguntara cómo es posible que haya productores que produzcan a 10 cent./Kg y otros a 100cent./Kg. Pues resulta que los productores que producen patatas a 10cent./Kg. han sido subvencionados por el estado en la compra de tractores y demás. Y realmente sus costes sin subvención hubieran sido de 40cent./Kg.
Finalmente resulta que entra en escena un nuevo productor de patatas ecológicas, cuyos costes de producción son de 100cent./Kg., pero que gracias a las subvenciones que recibe para la compra de maquinaria e inversión en tecnología, esta bajando sus costes de producción y aumentando su producción. Es un peligro para el negocio de los grandes productores ya que si este productor consiguiera cubrir la demanda a un precio inferior, es decir, que gracias a su producción el precio de la subasta diaria quedara en 70cent./Kg. desaparecería el déficit tarifario y el margen de los grandes productores menguaría, a pesar de que seguiría siendo un margen enorme.
No me voy a poner a hacer cálculos de la cantidad de dinero que se están embolsando ciertos
Productores de patatas que, además, son también distribuidores, por lo que los márgenes por la Distribución y demás también se los embolsan. Curiosamente, son los que propusieron esta forma de mercado.
Si los últimos gobiernos no han querido meter mano en el mismo, basta con mirar quiénes se sientan en ciertos puestos de estas empresas productoras de patatas.
Por cierto, es curioso que también hayan sido estos productores los primeros en presionar para que se quiten las subvenciones al productor de patatas ecológico.