Espero que con este post se despejen todas las dudas y fantasmas en torno a la gestión de los residuos en Euskadi, debate muy de moda últimamente, sobre todo en mi terrirorio: Gipuzkoa…
Todas las Leyes y Planes de Gestión de Residuos que se elaborasen deberían ser acordes a la legislación europea y local, así como a las necesidades de cada territorio.
¿Qué exige la legislación europea y local?
La Directiva Europea de Residuos (2008/98/CE) determina que en la gestión de residuos se debe seguir la siguiente jerarquía: REDUCCION, REUTILIZACION, RECICLAJE, VALORIZACION (Quemar residuos con posible aprovechamiento energético) y ELIMINACION (Incineración o Vertedero).
La Ley de Residuos (Ley 22/2011) establece en la distribución de competencias (art. 12) que “corresponde a las entidades locales la recogida, transporte y tratamiento de los Residuos Sólidos Urbanos (RSU)”. Se trata, por tanto, de un modelo descentralizado, desde cada ayuntamiento, y que, en su caso, podrá aceptar formas consorciadas de gestión común (Mancomunidades), pero siempre desde el ámbito local.
Según esto, está claro que:
1º) Se deberían realizar políticas que primasen la REDUCCION, la REUTILIZACION (grandes olvidadas) y el RECICLAJE de los residuos, por este orden.
2º) Corresponde a los ayuntamientos determinar qué sistema de recogida establecer en cada municipio, su transporte y tratamiento.
¿Qué ha sucedido hasta ahora?
Pues, básicamente, que los Planes de Gestión de Residuos, en general, y a nivel de Gipuzkoa, en particular, se han centrado en el RECICLAJE y la ELIMINACION, olvidándose del resto de aspectos, invirtiendo la jerarquía establecida en la Directiva Europea para el tratamiento de los residuos.
¿Qué debemos y qué queremos hacer en Equo Euskadi?
Debemos realizar políticas que potencien la REDUCCION y REUTILIZACION de los residuos, tanto en origen (productores) como en destino (consumidores). Debemos sustituir el actual sistema de recogida, el cual se ha mostrado ineficiente e insostenible, por aquel que suponga las mayores tasas de RECICLAJE posibles. Y, debemos dotar de la infraestructura suficiente a Gipuzkoa para VALORIZAR y, en último caso, ELIMINAR los residuos generados.
Por tanto, rechazamos la INCINERACION como modelo de gestión, debido, en primer lugar, por los problemas medioambientales que origina, en segundo lugar, porque no se ajusta al espíritu de la normativa europea y, en tercer lugar, porque, aunque existen estudios subjetivos que defienden la incineración, éstos anteponen los intereses económicos privados a los intereses comunes sociales y medioambientales.
Somos favorables al PUERTA A PUERTA, pues con este sistema se logran los mayores porcentajes de recogida selectiva posible.
Por último, somos favorables a la creación de “VERTEDEROS LIMPIOS” como forma de ELIMINACION final de los residuos, resultado de una correcta recogida selectiva, en sustitución de los actuales “VERTEDEROS SUCIOS” y en contra de la INCINERACION.
Este modelo de gestión sería aplicable a todos los territorios de la CAV.
Desarrollo de las medidas a implantar y argumentación
Reducción y Reutilización, las grandes olvidadas
Una gestión integral de los residuos debería contemplar políticas de REDUCCION y de REUTILIZACION, tanto en Origen (Productores y Distribuidores de Bienes y Servicios) como en Destino (Consumidores de dichos Bienes y Servicios). El mejor residuo es aquel que no se genera.
Como ejemplo de dichas políticas tendríamos:
– Impuestos o subvenciones específicas destinadas a incentivar la producción limpia: impuestos para la emisión de gases, impuestos para el uso de envases no retornables, subvenciones para la sustitución de materias primas y empleo de materiales 100% reciclables, para la minimización de envases y embalajes, minimización de emisiones, etc.).
– Inversiones públicas en I+D+i para fomentar investigaciones orientadas al desarrollo de tecnologías limpias, ecodiseño de productos, etc.
– Campañas periódicas formativas e informativas, para sensibilizar a los ciudadanos e infundir en ellos un consumo responsable bajo criterios de MINIMIZACION de residuos a la hora de adquirir los productos (aquellos con menor número de embalajes, con envases retornables, que generen residuos reciclables 100%…) y para lograr su colaboración con el proceso de RECOGIDA SELECTIVA de aquellos residuos que finalmente se generen.
Reciclaje
Entre los diversos sistema de recogida selectiva existentes, Equo Euskadi es partidario de establecer un sistema básico común para todos los territorios, que logre las mayores tasas de RECICLAJE posibles. Ahora bien, este sistema debería ser flexible y adaptable a las características particulares de cada zona urbana.
Dicho esto, Equo Euskadi es partidario del sistema PUERTA A PUERTA, como parte de la filosofía “zero waste” o “residuo cero”, pues con él se logran porcentajes muy superiores de RECOGIDA SELECTIVA, en comparación con el sistema actual de recogida. También somos partidarios del modelo del 5º CONTENEDOR, ya que con una adecuada concienciación ciudadana también podría arrojar porcentajes de reciclado muy elevados.
En cada municipio se debería PERMITIR LA PARTICIPACION CIUDADANA, estableciendo un PERIODO DE INFORMACIÓN Y CONSULTAS PREVIO que permitiese efectuar alegaciones, aportaciones y propuestas, para consensuar y establecer las mejores condiciones de recogida, adaptadas a la fisonomía de cada ciudad y con horarios y calendarios acordes con las necesidades de la población. Hacerlo así fomentaría la implicación y la colaboración ciudadana, indispensable para la implantación exitosa del nuevo sistema y poder lograr así la correcta gestión de los residuos.
Desde Equo Euskadi rechazamos la polémica y el falso debate, políticamente intencionado, que se ha establecido en torno a esta cuestión. Se trata de ver cuál es la mejor solución para el problema de los residuos y nada más.
El Plan Integral de Residuos Urbanos de Gipuzkoa (PIGRUG), establecido para el periodo 2002-2016, analizaba diferentes alternativas, pero en todas ellas se contemplaba la construcción de una incineradora. Este plan estableció como objetivo lograr reciclar el 34%, compostar el 4% y quemar el 62% de los residuos.
En el año 2011, de las 350.000 toneladas de residuos sólidos urbanos (RSU) que se generaron en Gipuzkoa, en torno al 70%, acabaron en el vertedero. Esto viene motivado, por un lado, porque en Gipuzkoa no disponemos del número de infraestructuras suficientes para gestionar dichos RSU, ya que siempre se barajó la construcción de una incineradora y, por otro, por la ineficacia del actual sistema de recogida en contenedores, impuesto en su momento a la ciudadanía sin realizar ninguna consulta previa, por cierto.
En los municipios en los que se ha instalado el puerta a puerta se han logrado tasas de reciclaje superiores al 80% (en Antzuola y Usurbil han llegado al 90%). En 2013, 34 municipios de Gipuzkoa, la mitad de su población, tendrán implantado este sistema. Y, existen ejemplos en Europa que demuestran que es posible instalar este sistema en ciudades más grandes que Donostia (Roma, Salerno, Monza, Bruselas, Liverpool, Niort, etc.).
Por tanto, el PIGRUG no responde a las necesidades actuales, está desfasado y es el principal responsable de la situación que se ha generado en Gipuzkoa. Hay que modificarlo y actualizarlo. Con la puesta en marcha del sistema “puerta a puerta” se van a necesitar muchas más instalaciones, tal y como lo demuestra el colapso de la planta de compostaje de Lapatx.
INCINERACIÓN
Obviamente existen estudios subjetivos que defienden la incineración, pero anteponen los intereses económicos privados a los intereses comunes sociales y medioambientales. Lo que está claro, desde una posición objetiva, es que la incineración no es una estrategia adecuada de gestión de residuos y no encaja en un modelo de desarrollo sostenible, por una serie de motivos:
– Genera problemas de contaminación similares a los que produce el consumo de combustibles fósiles. Como resultado de la combustión, se generan residuos tóxicos y peligrosos, dioxinas y furanos con efectos cancerígenos.
– Necesita un vertedero para cenizas tóxicas, tal y como recoge el propio PIGRUG.
– Los residuos que se queman tienen poca energía calorífica, tal y como recoge el propio PIGRUG, por lo que se deben quemar ingentes cantidades para generar energía.
– Por otra parte, un residuo sólido que en cierto modo está “controlado” se transforma en residuo gaseoso que se emite a la atmósfera y pasa a estar “incontrolado”.
– La construcción de una incineradora es cara (400 millones de euros) y este tipo de instalaciones necesitan “quemar” residuos en grandes cantidades y durante una gran cantidad de años para ser amortizadas y que resulten rentables.
– Su construcción responde a intereses económicos privados. Si la gestión de residuos corresponde hacerla en el ámbito local, entonces, ¿por qué en la pasada legislatura el anterior Gobierno de la Diputación Foral firmó el contrato de construcción de una incineradora, en vísperas de las elecciones municipales y forales del 2011, una solución centralizada para todo Gipuzkoa? La respuesta es sencilla. Porque detrás de la incineradora hay grandes intereses económicos ocultos. La incineradora es un negocio doble. Por un lado, factura a los ayuntamientos por “tratar su basura” y, por otro, realiza una “valoración energética” de la basura al generar electricidad a través de su combustión, la cual no se distribuye directamente a los hogares, sino que se vierte a la red y se vende a las compañías distribuidoras. Por tanto, pagamos para que traten nuestra basura, residuo que mediante la incineración se convierte en combustible para generar electricidad, la cual acabamos pagando nuevamente a la compañía eléctrica. En resumen, el lobby energético en Euskadi (15.000 millones de euros de facturación anual) lidera tanto la política energética como la de gestión de residuos, presionando para que ésta se encamine hacia la incineración. La justificación es que con este sistema conseguiríamos el autoabastecimiento energético, lo cual es falso puesto que en Euskadi la dependencia energética es principalmente de hidrocarburos para el consumo del sector industrial (45%) y del sector del transporte (33%), y no tanto del consumo eléctrico, que supone el 21% del total, en el que las renovables ya abastecen una tercera parte de este consumo.
Afortunadamente, el proyecto se ha paralizado, pero gracias al anterior Equipo de Gobierno, deberemos pagar la clausula de indemnización en caso de no construcción recogida en el contrato. Este coste será, en su caso, por su irresponsabilidad, porque sabían lo que ocurriría. Hay que recordar también que hicieron caso omiso a las 65.000 firmas que se recogieron en contra de la ejecución de la incineradora o a favor de una Iniciativa Legislativa Popular.